10 mayo, 2009

Rectas y curvas

A las cinco de la mañana a la gente se le ocurren, normalmente, chorradas. Y ayer pasó. Estableciendo analogías entre la vida y las carreteras. Con curvas y rectas, aunque todos los que estábamos allí asegurábamos que siempre hay más curvas.

Que en ocasiones hay rectas pero que nunca son todo lo largas que quisiéramos. Que otras veces sólo tú ves la recta y la gente que te rodea ve muchas curvas cuando mira lo que tú afirmas que es una recta. Que también sucede que te acojonas al ver tanta curva y luego resulta que son fáciles y parecen rectas. Todo esto sin tener en cuenta el firme de la carretera.

Y de ahí a los coches, que son las parejas, sean ellos o ellas. Que a todo el mundo le gusta un coche nuevo, que los de segunda mano dan problemas, que el coche no se deja a nadie, y que si te lo dejan te sientes raro conduciéndolo...

En fin, que fue una conversación que cerró la noche y consiguió que adoptásemos esa postura que consiste en doblarse sobre uno mismo para poder soportar la contracción abdominal: descojonarse.

Fue un tramo sin apenas tráfico, con buen firme, a buena velocidad y con buena compañía para el viaje.

2 comentarios:

Carol dijo...

Buena reflexión. Lo malo de la carretera es que nunca sabes qué es lo que te vas a encontrar, que las curvas a veces son muy cerradas y que no las tomas todo lo bien que debieras. También hay que tener en cuenta que hay que parar a repostar de vez en cuando y que los pasajeros bajan y suben del coche. Cuanto antes se dé uno cuenta mejor hará el viaje.

Máximo dijo...

Ahora que lo pienso, esa noche no analizamos el concepto de autoestopista. ¿Quienes son? ¿Los y las amantes? ¿Los tonteos? ¿No son nada?

Demasiados elementos en la carretera, puede que la vida sea incluso más sencilla.