25 octubre, 2007

Sin fianza y sin aval

En unos días volveré a cambiar de piso. Hace cinco años que llegué a Madrid y este será el cuarto-quinto piso en el que viva. Cuarto-quinto porque, ironías de la vida, vuelvo a un piso en el que ya estuve. Algunos lectores del blog ya conocen lo acogedora que es casa Benito. Evidentemente el nombre varía en función del nombre del casero o casera: casa Florigordi, casa Lorenzo, casa Benito...
Antes de llegar a Madrid ya tuve que cambiar de casa varias veces y para los mal pensados, no, no fue porque me echasen de ninguna. Pero esas otras veces era más pequeño de modo que el marrón se lo comieron mis padres. Ahora todo el lío es para mí solito. Es cierto que siempre cuento con ayuda a la hora del desplazamiento de cajas, pero claro, estas no se arman ni llenan solas.

Afortunadamente, tengo tiempo para prepararlo todo con relativa tranquilidad, es lo único bueno de estar de baja. Y llega un momento en que, por decirlo de algún modo, te haces un experto en mudanzas. Quizá esta vez es más sencillo porque, al vivir solo, todo lo que hay aquí es mío y no tengo que andar seleccionando nada. Libros, todos míos, papelajos, todos míos, menaje, todo mío, ropa, toda mía, plantas, bueno las plantas suelen ser siempre mías (mi lado femenino me puede).

Quizá el próximo post lo escriba desde casa Benito. De una punta a otra de la ciudad y de vivir solo pasaré a compartir, de nuevo. Espero que todo salga igual de bien que la parte económica.

17 octubre, 2007

Ha llegado a su casa...

...el tapicero, se tapizan sillas, sillones, tresillos, butacas, mecedoras, descalzadoras, y toda clase de muebles y artículos que se encuentren en mal estado.

Me encantaría tener la posibilidad de poder bajarme el politono "el tapicero" pero de momento no ha habido nadie que haya tenido esta genial idea (debería registrarla). Desde aquí invito a Melón a marcarse un punto freak en su empresa y proponerlo. Una de dos, o le ascienden o le dan la bienvenida al Inem.

Hoy he pasado por varios tapiceros y no os podéis imaginar la cantidad de trastos y herramientas raras que he visto. A esos sitios es para ir con cámara y grabarlo. Y después hacer una entrevista a los tapiceros. Esos si que son unos personajes, que fauna. Los he visto hasta felices, buena gente y campechanos. Dan ganas de tapizar hasta el techo del cuarto de baño; lo de tapizar el coche lo dejo de momento porque el catálogo de tapicería que tienen es bastante anticuado.

El caso es que al salir de uno de ellos, me he encontrado con un tío con una bici y una armónica de plástico: el afilador. Así que he pensado, escribe ya algo en el blog sobre unos o sobre otros. No me gustó demasiado lo que vi hace unos días, un afilador en moto. ¿En moto? Tu ni eres auténtico ni nada, o te compras una bici o nada.

Afilar, tapizar, extrañas profesiones que en zonas como esta en la que vivo (afortunadamente sólo hasta finales de mes) no se ven, hay que desplazarse a barrios, a lo que considero auténticos barrios, para verlas.

08 octubre, 2007

Abre la boca

Es que ahora tengo hambre y me jode no poder comer algo así


Odio ir al dentista. Aún tengo ese sabor asqueroso que te deja la visita. Y he de volver en unos días. La ciencia avanza en todo, ¿tan difícil es que las mierdas que te ponen en la boca sepan a menta o a pepinillos o yo que sé? Jarabes sabor a fresa, espidifen con su menta cañón, el delicioso frenadol, todo sabe a algo, pero los dentistas llevan con el mismo aroma desde los ochenta.

El próximo día voy a pedir que me pongan anestesia general y que hagan con mis dientes y con mis muelas lo que quieran. Ya tengo bastante estos días como para que encima me metan en la boca aparatos que lo único que hacen es desquiciar; un aspirador, uno extraño con punta que sólo hace daño, otro que parece inocente pero que cuando toca, sólo toca el punto exacto del dolor.

Y para colmo, algo tan sencillo como escupir se convierte en un proceso desesperante. ¿Qué coño me dan para que salga tanta saliva? Agua, escupe, agua, escupe, podría estar así hasta que empiece Buenafuente. Pero claro, cuando ya te sientes ridículo pues paras como diciendo, ya está, pero no está. Por lo visto el aspirador tampoco ha evolucionado mucho.

Se me está ocurriendo ir el próximo día con 7 diazepán en el cuerpo y un par de nolotiles en el bolsillo para la salida. Y el espidifén ya me lo tomo en casa.

04 octubre, 2007

Mi novio es bakala. 1a Parte.

Diazepán 5 mg

La verdad es que todo lo que me ha pasado hoy me recuerda la canción Haloperidol, del disco Espunk de Meteosat... "batas blancas de lino bordado, batas blancas para los condenados...". Pensé que jamás llegaría a ver esta caja tan cerca, pero aquí la tengo, a mi lado. La primera pastilla que me dieron en urgencias me dejo mareado en un primer momento, después mi grado de atontamiento era más que evidente, lo que me llevó a un sueño profundo en la siesta. Estos días comprobaré la efectividad real de la cajita en cuestión, aunque espero que no sea por mucho tiempo. La relativa tranquilidad mental que siento ahora se combina con algo parecido a la taquicardia, consecuencia, supongo, del trasiego del día.

El caso es que buscando la canción de Meteosat, me he topado con este fantástico corto y no he podido evitar colgarlo porque me ha parecido gracioso y muy apropiado para el día de hoy. Hay una segunda parte que se puede encontrar en youtube, pero con esta primera creo que hay suficiente. Arriba os lo dejo.

Mañana haré las siete dobles reducidas para que me de el aire y buscar en el azar una momentánea evasión.