23 septiembre, 2008

Vuelo 101 ( o cómo navegar y volar en un burro )

Si mi teclado fuese un avión y mis dedos el piloto, habría despegado cien veces y una más. Dos años volando. Planeando en ocasiones, volando sin más otras, bombardeando sin piedad alguna de ellas, pero siempre buscando una pista de aterrizaje.

En ocasiones el motor del avión me pide a voces que lo arranque, quiere despegar y quemar queroseno durante horas; otras soy yo el que lo arranco aunque en el vuelo sea él quien me lleve a su antojo. Y durante esos vuelos he encontrado otros pilotos como El marido de Alabama o El cuervo viejo, que son tan kamikazes como yo y saberlos ahí me ayuda a pensar que no estoy como una puta cabra. También hay espectadores que me ven volar y al aterrizar me dicen: "ey, vi como volabas". Y se agradece. A todos pero a Lumatt más que a nadie.

Desconozco el rumbo cuando despego, sólo me importa volar. No sé cuándo, ni porqué volveré a hacerlo pero aún no he tenido la sensación de saberme pilotando el último vuelo. Quizá escribir sea lo menos parecido a volar pero me gusta pensar que cuando cierro un post he estado un rato dando vueltas por el aire. En fin, cada uno tiene sus locuras personales. Y que duren.

Hace bastante tiempo El cuervo viejo decía en su blog que se sentía marinero al hablar de su vida, y me identificaba con esa sensación. Yo me siento piloto al escribir. Poder navegar y volar sin tener velero ni avión está más que bien, pero el día que descubra como me puedo sentir montado en un burro sin estar sobre él, va a ser la leche, me voy a estar riendo yo solo durante horas.

20 septiembre, 2008

Cucurrucucú

Me gusta escuchar la radio. Me gusta mirar la televisión. ¿Eso me convierte en básico? Vale. Y si me gustan es porque escucho y miro. Ni la oigo ni la veo. Sutil y evidente diferencia.

Pero últimamente paso a la fase de oir y ver con demasiada facilidad. Quizá sea culpa mía pero es que en cuanto empiezan a meter paja y a hablar con frases hechas sin decir realmente nada, desconecto. Muchas veces salvo la situación moviendo el dial o dándole al mando. El límite está en tres cambios. Si al tercer cambio sigue la paja, lo mando todo a la mierda.

No sé si habrá bajado la capacidad de expresión en ambos medios o he sido yo el que se ha vuelto estúpidamente exquisito. Sólo unos pocos programas consiguen que los escuche y que los mire. Pocos y cada vez menos.

El otro día me vino a la cabeza la canción de Caetano Veloso. Ahora cada vez que alguien en radio o televisión consigue que deje de escucharle, es como si me estuviese diciendo "cucurrucucú...cucurrucucú...". Y cuando termina de hablar no puedo evitar decir en alto: ¡¡ PALOMA !!

09 septiembre, 2008

Tramposos

Estos se pasaron tres pueblos cuando dijeron "oye, ¿por qué no nos juntamos y nos damos el gustazo? Y claro, así pasa lo que pasa. Que se juntan George Harrison, Roy Orbison, Bob Dylan, Tom Petty y Jeff Lynne (con Jim Keltner en la batería) y oye, que salen canciones, buenas canciones. Pero eso es abusar. Ya sabemos que sois genios, no os paséis Y los tios se graban un disco en diez días, en fin.
Lo mejor de todo esto es quién me descubrió este grupo hace ya unos catorce años. Desde Londres llegó al Jim Jes un sobre acolchado que contenía una cinta (ni CD, ni vinilo; cassette) con un disco de The Traveling Wilburys. Lo remitía Lito. Sí, Lito Zacarías, todo un personaje en las calles y bares torniegos. Sonaba bien, sonaba diferente, sonaba especial. Y parte de lo que escuché fue esto.







Gracias Lito.

04 septiembre, 2008

Pocas ganas

De trabajar, de escuchar, de colaborar, de cumplir normas, de ayudar, de preguntar, de responder, de decir sí, de decir no, de ir, de venir, de regalar un gesto amable, de sentirse parte de algo, de mirar, de limpiar, de renovar, de plantear, de mover el culo y hasta de respirar.

De todo esto es de lo que no tienen ganas algunos y algunas de los que trabajan en educación. Es una pena. Gente que dedica parte de su vida a trabajar con niños, gente que es un referente para ellos.

Si no estás conforme con lo que haces, si no te gusta, vete, dedícate a otra cosa, le harás un favor a mucha gente. Primero a los niños, luego al colegio, después a tus compañeros y, por último, a tí mismo.

Me jode ver gente así trabajando a mi lado. No se ganan el derecho a que les llamen maestro o maestra. No ganan su sueldo. No se puede estar cansado o resoplando cuando llevas cuatro días trabajando. En julio resopla si quieres, pero no ahora.

Quizá esta noche se produzca una alineación de planetas y mañana se levanten con ganas de hacer algo, quizá Neptuno remueva algo en ellos y su horchata se convierta en sangre. Ojalá.

01 septiembre, 2008

Ubicarse

Sólo llamaba para ver qué tal la vuelta al cole. Hombre, pues teniendo en cuenta que he tenido dos meses de vacaciones, que me gusta mi trabajo y que algunos malos espíritus se fueron del colegio... pues voy a decir que bastante bien. Ya, pero bueno, después de tanto tiempo debe costar más. Si hubiese tenido sólo quince días y al volver tuviese que subir a un andamio pues podría quejarme.

Seamos sinceros. Si eres maestro y te gusta lo que haces, ni puedes, ni debes quejarte. Sesenta y dos días para hacer lo que te de la gana y cuando vuelves tienes aún unos días de adaptación antes de que se incorporen los niños. Se agradecen las llamadas para preguntar pero si dijese que mal se reirían de mi y me llamarían cabrón con todo motivo.

Así que ahora vuelta al cole, vuelta de carrusel deportivo, vuelta al metro, vuelta a respirar CO2 a todas horas y oye, también vuelta ciclista a España (perdón por el chiste fácil). Ánimo y feliz regreso a todos.