13 marzo, 2008

Ampliación de El Prado

La campana de Huesca

Lo primero es lo primero. Y aquí lo primero es dar las gracias al gran Kike. Así da gusto ver un museo; con alguien que trabaja en el propio museo de El Prado, con alguien al que le gusta la pintura, al que le gusta la historia, y que disfruta explicándote todo. Por explicar, nos explicó hasta el suelo.

Además una visita rápida y bien comentada, cunde mucho más. Lo ves más o menos todo pero dedicando tiempo a aquellos cuadros que tienen una historia detrás o representan algún momento histórico importante o curioso.

¿Lo mejor de todo? Ver la cara de la gente cuando Kike dice aquello de "este cuadro es una puta mierda, no sé ni cómo lo tienen colgado aquí". Y claro, tú ves al típico con cara de estar haciéndose el interesante que se gira con cara de indignado. Pero al ver colgado el distintivo de "Museo de El Prado" del cuello de Kike, les cambia la cara. Es como si viesen a la Guardia Civil después de no haber hecho un stop. Y muy discretamente se retiran del cuadro y pasan al siguiente.

Y después de aprender un poco del mundo de la pintura y de historia, unas cañas, bastantes, y a casita.

Gracias Kike.

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