08 octubre, 2010

+ 8

Cosas que cambian y cosas que no. Hace casi exactamente ocho años el autobús llegó a Conde de Casal, que por cierto ya no existe como estación, del metro me bajé en Iglesia y ahí comenzaron casi siete años de Madrid.

Hoy, ocho años después, estoy de nuevo en Madrid. Ya no vivo aquí pero estoy con las dos primeras personas con las que empecé a vivir en esta ciudad. Las circunstancias son distintas pero una vez "en casa", nada ha cambiado. Eso me transmite buenas sensaciones y ahora que pasado el tiempo puedo comparar me doy cuenta de que ciertas cosas siguen siendo igual. Es extraño, paradójico pero bonito.

Se podría decir que he perdido la cercanía inmediata, pero en realidad, no he perdido nada, de hecho, he ganado mucho.

No hay comentarios: