21 mayo, 2010

Cuentos nocturnos primaverales

Cada frase que leemos nos da vida. No nos da minutos, desgraciadamente. Nos da vida pero esa clase de vida que no se ve, que no hace ruido cuando entra. Es la vida que lleva cada uno dentro.

Leer no te hace persona, pero ayuda. A cada uno nos educan, nos hacen como somos, la familia, los amigos, la sociedad, el entorno...Eso, creo, es la base, pero una vez que esa base la tenemos, vienen los extras. Y leer es un extra.

Esos extras son los que nos dan la vida, más vida. Nos dan pensamientos, reflexiones, observaciones de otra gente. Nos proyectan en nuestro interior millones de películas que cada uno forma como quiere. Todos somos directores de cine cuando leemos.

Hay quien nunca descubre ni tiene ese extra aunque bueno, quizá tenga otros que yo ni siquiera acierto a imaginar. Pero, de hecho, es interesante escuchar que un niño de diez años llega un día y te dice (palabras casi literales) "Maxi a mi antes no se me quedaba nada pero he hecho lo que tú dijiste y funciona. Me imagino lo que leo como si viese una película y me lo se".

Con diez años me parece un lujo tener ese extra y sí, muchos de los que estáis leyendo tendréis ese extra desde antes incluso pero no me dejan de sorprender esos pequeños detalles. Y en esto y en todo, los pequeños detalles cuentan.

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