En el colegio se come fatal. Mejor dicho, en éste colegio se come fatal. Todos sabemos que ya no hay café, a eso nos hemos "acostumbrado". Pero a lo que no se acostumbra mi cuerpo es a la cantidad de grasa que tengo que ingerir cuando se supone que el menú escolar debería ser el más sano del mundo. Espero que en casa coman mejor, pero mucho mejor, porque compensar lo mal que lo hacen aquí es difícil hasta para mi.
Yo creo que la falta de hambre de los últimos días, se debe a la cantidad de grasa saturada o insaturada (nunca supe cuales son las saludables y las que nos matan) que como en sólo veinte minutos.
"Y come bien" me dice mi madre al teléfono. "Que sí mamá, ¿no ves que como en el colegio?" Sí la pobre viniese un dia y probase esto, saca la recortada, mata a la cocinera, a su ayudante y a quien se le ponga por delante. Y si de paso mata al director nos haría un favor la verdad.
Salud y buenos alimentos.