
Este fin de semana alguien conocido dijo esta frase. Aparte de graciosa nos pareció original. Y es que la frase lo dice todo. Conozco a poca gente, por no decir nadie, a la que le guste su cuerpo. No es culpa nuestra, es simplemente que con tanto musculito, tanta teta y tanto culo bien puesto (de ellos y de ellas) ha llegado un momento en que hasta los que obedecen a ese modelo no están satisfechos, nunca.
Ahora en verano es peor, llega la temporada en que sale a la luz nuestro cuerpo. Todo el mundo compara, mira, remira y busca parecerse a aquel o a aquella que le parece más.... lo que buscamos. Cremas autobronceadoras, rayos uva, dietas rápidas, deporte que nos destroza, rebajas de julio... Al final caemos, tarde o temprano, en mayor o menor medida, pero se cae. Y nunca mejor dicho lo de caer; caemos humillados ante la imagen, a sabiendas de lo que eso implica y a pesar de habernos prometido no hacerlo.
Este año ya he caido, pero me faltan las rebajas. Cuando vuelva de los probadores veremos si me hago fan.